13-14-15 de noviembre de 2025
Enfoque individual
Hombre de 49 años, en la última semana, acude en repetidas ocasiones a Urgencias de su hospital de referencia por dorsalgia, siendo dado de alta con sospecha de dolor mecánico, y tratamiento analgésico.
Acude a cita de seguimiento a su Centro de Salud, por persistencia del dolor a pesar del tratamiento. Nos comenta que el dolor le dificulta la marcha, y ha comenzado a tener dificultad miccional y estreñimiento hace 3 días.
Durante la anamnesis, nos informa que ha sido intervenido hace un mes de un absceso inguinal en otro Hospital, con antibioticoterapia oral posterior.
A la exploración, presenta apofisalgias en vértebras dorsales, pérdida de fuerza en miembros inferiores e hipoestesia en miembro inferior izquierdo con hiperalgesia asociada. Además, se objetiva fiebre de 39 ºC.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
Ante la sospecha de una posible compresión medular es derivado de nuevo a urgencias para completar estudio.
En esta ocasión se realiza analítica sanguínea, destacando una marcada leucocitosis con desviación izquierda, y PCR de 28 mg/dl. También solicitan RM dorso-lumbar, apreciándose un empiema epidural a nivel de T7-T10 con compresión medular, secundario a foco primario (absceso inguinal mal controlado).
Tratamiento y planes de actuación
Finalmente el paciente es derivado a neurocirugía donde realizan laminectomía descompresiva dorsal permaneciendo ingresado.
Evolución
Actualmente el paciente sigue un programa de rehabilitación con buena evolución.
El dolor de columna es uno de los motivos de consulta más frecuentes en Atención Primaria; habitualmente de origen mecánico y benigno. Pero no siempre.
En este caso destaca el papel del médico de familia por su actitud vigilante de cara a identificar datos de alarma que el paciente fue desarrollando progresivamente y la importancia de la atención longitudinal como herramienta diagnóstica.
Este caso nos recuerda que detrás de un motivo de consulta común puede esconderse una patología grave y la Atención Primaria tiene capacidad para detectar de forma precoz las posibles complicaciones, con un impacto directo en la evolución de los procesos patológicos y en su pronóstico. Esto además, permite hacer una derivación justificada y una actuación coordinada con el hospital, mejorando de manera significativa la seguridad del paciente.